Taiwán se enfrenta a la dignidad al morir: La mayoría apoya la muerte asistida por un médico

Un nuevo estudio revela un cambio de actitud hacia los cuidados al final de la vida en Taiwán.
Taiwán se enfrenta a la dignidad al morir: La mayoría apoya la muerte asistida por un médico

Taipéi, Taiwán – Un innovador estudio de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Nacional de Taiwán arroja luz sobre las perspectivas cambiantes con respecto a los cuidados al final de la vida en Taiwán, revelando un apoyo significativo a la muerte asistida por un médico entre la población.

La investigación indica que una mayoría sustancial de adultos taiwaneses favorecen la muerte asistida por un médico en casos de enfermedad terminal, sufrimiento físico persistente y deterioro cognitivo grave.

"Si bien muchas enfermedades siguen siendo incurables, los avances en la tecnología médica han hecho posible retrasar su progresión, lo que resulta en una vida prolongada", declaró Chen Duan-rung (陳端容), profesora del Instituto de Comportamientos de Salud y Ciencias Comunitarias de la facultad, durante una conferencia de prensa.

Explicó además: "Sin embargo, tal extensión de la vida a menudo deja a los pacientes con dolor a largo plazo, discapacidad o incluso en un estado que carece de dignidad", destacando el creciente reconocimiento internacional del derecho de un individuo a la autodeterminación al final de la vida.

El estudio distingue entre la eutanasia, donde los profesionales médicos administran el acto final, y la muerte asistida por un médico, donde el paciente toma la acción final. Ambas prácticas son actualmente ilegales en Taiwán, como señaló Chen.

Para medir la opinión pública, Chen y su equipo realizaron una encuesta en línea a 3.992 adultos taiwaneses en 2022. Los resultados, publicados en la revista médica BMJ Open en enero, pintan una clara imagen de apoyo generalizado.

La encuesta presentó tres escenarios: el 86,2% de los encuestados apoyó la muerte asistida por un médico para pacientes con enfermedades terminales y dolor insoportable a largo plazo; el 79,6% para pacientes con enfermedades incurables que causan dolor prolongado; y el 72,6% para pacientes con deterioro cognitivo grave y enfermedades incurables. En general, el 67,6% de los encuestados apoyó el derecho a solicitar la muerte asistida por un médico en los tres escenarios.

El estudio también reveló que el apoyo a la muerte asistida por un médico era más prevalente entre los adultos más jóvenes (de 20 a 39 años), los hombres, aquellos sin creencias religiosas y los cuidadores.

"Los cuidadores están en primera línea cuidando a los pacientes o a los ancianos", señaló Chen, agregando que su empatía, desarrollada a través de una estrecha interacción con los pacientes, puede contribuir a su mayor apoyo.

Por el contrario, los profesionales de la salud, incluidos médicos y enfermeras, mostraron menos apoyo, probablemente debido a consideraciones éticas y legales asociadas con sus roles.

El estudio también examinó la conciencia de los participantes sobre la Ley de Derecho del Paciente a la Autonomía (PRAA), que permite a los pacientes con enfermedades terminales rechazar tratamientos que prolongan la vida y optar por una "muerte natural". Solo el 37,3% de los encuestados conocían la PRAA, y aquellos que la conocían tendían a ser menos favorables a la muerte asistida por un médico.

Chen señaló que "La PRAA otorga a los pacientes con enfermedades terminales, así como a aquellos en coma profundo o con demencia avanzada, el derecho a una muerte natural, pero no les permite elegir una acelerada", lo que sugiere que una mayor conciencia de la PRAA puede influir en el apoyo a la muerte asistida por un médico.

Se descubrió que las personas con un mayor nivel de Planificación Anticipada de la Atención (ACP) eran más abiertas a las decisiones al final de la vida y, en consecuencia, más aceptantes de la muerte asistida por un médico.

Chen enfatizó que la investigación tiene como objetivo servir como "fundamento" para futuras discusiones públicas y éticas sobre la muerte asistida por un médico. "Refleja que muchas personas en Taiwán temen una vida peor que la muerte, están dispuestas a aceptar la 'autonomía al final de la vida' y se están volviendo más abiertas a la idea de 'morir con dignidad'", concluyó.



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