Taiwán se enfrenta al escrutinio comercial de EE.UU: Carne de vacuno, automóviles y derechos de autor

El informe del Representante Comercial de EE.UU. destaca las barreras y señala la posibilidad de aranceles.

Taipéi, 1 de abril – Taiwán se encuentra una vez más bajo el microscopio de la política comercial de Estados Unidos, ya que el último informe estadounidense sobre barreras al comercio exterior sitúa a la nación insular en su lista de preocupaciones. El informe, publicado por la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), llega pocos días antes de que se espere que el presidente Donald Trump anuncie aranceles recíprocos.

La sección dedicada a Taiwán refleja gran parte de la versión de 2024, destacando problemas persistentes que podrían impactar las relaciones comerciales. Las principales preocupaciones incluyen las barreras a las importaciones de carne, específicamente carne de res y subproductos de la carne de res, así como las restricciones a los automóviles y los problemas en curso relacionados con la infracción de derechos de autor.

El momento del informe, junto con una declaración de la USTR que subraya la política comercial "Estados Unidos Primero" del presidente Trump y su agenda de política comercial para 2025, sugiere una mayor presión sobre Taiwán. La USTR indicó que estos hallazgos son fundamentales para la estrategia comercial de la administración.

Aunque aún no está confirmado oficialmente, se anticipa que Taiwán estará entre los principales objetivos de los próximos aranceles recíprocos de Estados Unidos. Se espera que estos aranceles, a los que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, se refiere como los "15 sucios", sean un punto de discusión importante.

Otras naciones que podrían enfrentar medidas comerciales similares incluyen Japón, la Unión Europea y China.

El informe, presentado al presidente Trump y al Congreso de Estados Unidos, detalla las preocupaciones en curso. A pesar del protocolo de 2009 que reabrió el mercado de Taiwán a la carne de res estadounidense, persisten las barreras. Taiwán detectó un caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en 2003, lo que llevó a la prohibición de la carne de res estadounidense, que luego se levantó.

El informe de la USTR destaca que algunos productos de despojos de carne de res estadounidenses, a pesar de estar permitidos según el protocolo, aún están sujetos a lo que el informe describe como inspecciones "onerosas" y "no basadas en la ciencia" en los puertos de entrada en Taiwán.

Además, el informe cuestiona los requisitos de etiquetado de Taiwán y los límites máximos de residuos de ractopamina, un aditivo para piensos utilizado en la carne de cerdo estadounidense, lo que sugiere que estas medidas "implicaban inexactamente que existe una preocupación por la seguridad alimentaria con los productos de cerdo estadounidenses".

Estados Unidos también expresó su insatisfacción con las restricciones de Taiwán a los vehículos estadounidenses importados que cumplen con las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Motorizados de Estados Unidos.

El informe afirma que estas normas proporcionan un nivel de seguridad equivalente al del acuerdo de 1958 de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), que Taiwán ha adoptado.

Según el informe, el Ministerio de Transporte de Taiwán introdujo por primera vez un límite a dichas importaciones en 2008, reduciéndolo a 100 unidades por modelo en 2021, y reduciéndolo aún más a 75 unidades por modelo en 2023. La USTR sugiere que estas reducciones podrían impedir que los fabricantes de automóviles estadounidenses introduzcan nuevos modelos, lo que podría limitar la elección del consumidor.

El informe también abordó el persistente problema de la piratería en línea, particularmente el acceso no autorizado a libros de texto y materiales con derechos de autor a través de plataformas digitales en los campus.

A pesar de los intentos de Taiwán de modificar su Ley de Derechos de Autor, la USTR señaló las lagunas legales, el lento progreso en las enmiendas pendientes y su implementación, incluidas las presentadas a la Legislatura en octubre de 2017.

El primer ministro Cho Jung-tai, respondiendo al posible plan arancelario, declaró que el gobierno taiwanés estaba preparado, que los riesgos podrían gestionarse y que se proporcionaría apoyo a los sectores afectados.